martes, 29 de noviembre de 2016

La importancia de las palabras. Experimento con arroz.

En esta entrada os ponemos un vídeo que demuestra la importancia que tienen la forma en la que nos dirigimos a los demás y la forma en la que los demás se dirigen hacia nosotros.

Esto es algo que sabemos, pero en este simple vídeo nos demuestran de qué manera nos afecta.
Seamos cuidadosos y amables. No cuesta nada.
Roberto.


Experimento con arroz







lunes, 28 de noviembre de 2016

Acaba con el estrés y disfruta de una vida más tranquila



No sólo los trabajadores están estresados, también las amas de casa, los pensionistas e, incluso, los niños pueden estarlo si están sometidos a una constante tensión nerviosa. Para evitar que esta situación se adueñe de nuestras vidas, es importante cambiar algunos de nuestros hábitos.

Dificultades para concentrarse, malhumor, ansiedad... cuando este tipo de síntomas se prolongan en el tiempo, es posible que nos encontremos ante una situación de estrés crónico. Revisar nuestras prioridades, reorganizar nuestras rutinas y, sobre todo, pensar más en nosotros mismos y nuestra felicidad nos permitirá, junto con la adopción de hábitos más saludables, recuperar el equilibrio físico y mental.

·        ¿Estresado yo? Cómo saberlo. Cuando se vive en una situación de estrés permanente no es fácil reconocerlo, ya que estamos tan acostumbrados a ello que la percibimos como parte de nuestro estilo de vida y no le damos la importancia que realmente tiene. Hay una serie de síntomas, sin embargo, que resultan fáciles de percibir y que nos pueden dar importantes pistas sobre nuestro estado anímico.

o   SINTOMAS FÍSICOS.
§  Sensación de presión en el pecho.
§  Problemas digestivos, como diarrea, vómitos, dolor de estómago o estreñimiento.
§  Tartamudeo y otros problemas de habla.
§  Necesidad frecuente de orinar.
§  Sudor en las palmas de las manos. Manos y pies fríos.
§  Dolor de cabeza (sobre todo migraña).
§  Palpitaciones.
§  Dificultad para tragar o para respirar.
§  Sequedad en la boca.
§  Temblor corporal y tics nerviosos.
§  Tensión muscular.

o   SÍNTOMAS EMOCIONALES
§  Inquietud. Nerviosismo, irritabilidad, ataques de angustia...
§  Tristeza. Sensación de tener un nudo en la garganta, deseos de llorar casi permanentes...
§  Conducta impulsiva e irritabilidad. Enfado permanente con las personas que tenemos a nuestro alrededor. En casos extremos, ira descontrolada, deseos de gritar e insultar...
§  Sensación de miedo. Preocupación excesiva por lo que nos puede pasar a nosotros mismos (miedo a perder el trabajo, a caer enfermos... ), y a las personas que queremos (temor porque algo le pase a la pareja, a un hijo, etc.).
§  Problemas cognitivos. Dificultad para concentrarse, problemas de memoria, etc.

o   CAMBIO DE CONDUCTA
§  Necesidad de moverse continuamente sin razón aparente.
§  Risa nerviosa y chillona.
§  Rechinar los dientes (bruxismo).
§  Apatía sexual.
§  No comer o comer demasiado.
§  Beber o fumar con mayor frecuencia.
§  Desgana en la forma de vestirse o arreglarse. En ocasiones, descuido de la higiene.
§  Insomnio, ya sea de conciliación (al comenzar el sueño) o de despertar (despertarse antes de la hora).
§  Dormir en exceso.

·        Qué hacer. Si la intensidad de nuestro estrés es de leve a moderado, podemos intentar solucionarlo cambiando algunos de nuestros hábitos.

o   MEJORA TU CALIDAD DE VIDA
§  Reduce el consumo de estimulantes, como el café, el tabaco, determinados fármacos, etc.
§  Sigue una dieta equilibrada y ligera. Evita las comidas demasiado abundantes, pesadas y ricas en grasas y aumenta el consumo de alimentos nutritivos como las frutas, las verduras, los cereales integrales, las legumbres, etc.
§  Camina a diario. Un paseo de una duración de media hora como mínimo te hará sentirte mejor.
§  Disfruta de un sueño reparador. Para conseguirlo, acuéstate y levántate siempre a la misma hora (fines de semana incluidos). Realiza una actividad relajantes antes de irte a dormir (toma un baño caliente, bebe una infusión, etc).

o   REORGANIZA TU VIDA
§  Establece una lista de prioridades. En casa o en el trabajo, seguro que tienes muchas cosas que hacer. Para no agobiarte, apúntalas en un papel en orden de importancia. Dedícate en primer lugar a las primeras. De esta manera, si no tienes tiempo de realizarlas todas, tan sólo las menos importantes se habrán quedado sin hacer y no te sentirás tan culpable.
§  Reserva un tiempo para ti. ¿Qué es lo que te gustaría hacer y no puedes por falta de tiempo? ¿Leer, escuchar música, dedicarte a alguna afición, etc.? Pon lo en los primeros lugares de tu lista de prioridades y practícalo a diario, sin saltarte ni un solo día.
§  En la medida de lo posible, reduce tu volumen de trabajo. Revisa tus actividades diarias. ¿Haces lo que realmente te toca o hay algunas tareas que deberían realizarlas otras personas? Aprendiendo a delegar y a decir no evitarás saturarte con responsabilidades ajenas.
§  Baja tu nivel de exigencia. No te preocupes si las cosas no se realizan a la perfección o se quedan sin hacer. Relájate y vivirás más tranquilo.


DOLENCIAS RELACIONADAS CON LA TENSIÓN NERVIOSA

Detrás de un súbito sarpullido, un persistente dolor de cervicales o, incluso, una regla irregular puede encontrarse una situación de estrés crónico. La tensión nerviosa puede actuar como desencadenante de muchos problemas de salud o agravar los ya existentes.

·         PROBLEMAS CUTÁNEOS. Psoriasis, acné, eccema ... La piel es un órgano muy sensible a los problemas emocionales, por esto no es extraño que el estrés altere su equilibrio.

Qué hacer. Los baños con avena relajan la mente y suavizan la piel. Se preparan añadiendo al agua del baño un filtro de café en el que habrás introducido tres cucharadas de copos de avena.

·         DOLORES DE ESPALDA. Cervicales, dorsales, lumbares ... Los nervios pueden provocar tensión muscular y dolor en la zona.

Qué hacer. Cambiar de postura con frecuencia y practicar deporte nos ayudará a combatirlo.

·         ASMA. Aunque es una dolencia que afecta únicamente a las personas con predisposición a sufrirla, la tensión puede agudizar sus síntomas e, incluso, provocar la aparición de ataques. Los nervios hacen que el diafragma pierda su elasticidad, reduciendo la capacidad pulmonar.

Qué hacer. El tai chi y el yoga, al trabajar tanto el equilibrio emocional como la respiración, resultan muy útiles en estos casos.

·         ALTERACIONES MENSTRUALES. El estrés puede alterar las hormonas que regulan el ciclo menstrual, provocando, entre otros problemas, el retraso en la aparición de la regla.

Qué hacer. Si la tardanza se prolonga más de tres meses, es conveniente acudir al ginecólogo.

·         TRASTORNOS CARDIOVASCULARES. Los nervios aumentan la tensión sanguínea y la frecuencia cardíaca, circunstancias que perjudican el corazón (se calcula que las personas que sufren estrés tienen un 23% más de probabilidades de sufrir un infarto).

Qué hacer. Los ejercicios de relajación y la práctica controlada de actividad física puede prevenirlo.


RELÁJATE EN 5 MINUTOS

En momentos de gran tensión nerviosa, un breve masaje o un corto ejercicio de relajación puede evitarnos disgustos y mejorar nuestra salud.

·         MASAJE FACIAL. Se practica fácilmente en casa o en el puesto de trabajo. Consiste simplemente en masajear los ojos cerrados, desde la zona superior de la nariz hacia las cejas, bajando hasta las mejillas. A continuación, alisa los párpados con la yema de los dedos índices desde el centro hacia el exterior.

·         RESPIRACIÓN ABDOMINAL. Toma aire respirando larga y profundamente, procurando que el vientre se eleve, y expúlsalo mediante tres exhalaciones cortas, hundiendo el vientre. Repite 10 veces como mínimo.

·         ESCUCHA MÚSICA. Haz una pausa y, si es posible, escucha un poco de música relajante. Te cambiará el ánimo. 

Fuente: Revista PRONTO

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martes, 22 de noviembre de 2016

Define tus objetivos


La elección de metas es una de las más delicadas operaciones de la inteligencia.
El ser humano necesita tener horizontes que le motiven a embarcarse en nuevas aventuras.
La vida no es una carrera, sino un tiro al blanco. Lo que importa es la capacidad para encontrar la diana.

  • Los sueños son personales e intransferibles. Es esencial que persigas tus propios sueños, no te dejes llevar por la inercia de seguir las aspiraciones de tu pareja, tus padres, etc.
Nunca hay pecado en seguir nuestra propia vocación.


  • Concreta al máximo. Define claramente cuál será tu próximo proyecto u objetivo (hacer algo 2 ó 3 veces por semana, por ejemplo).
  • Lo siguiente es crear la estrategia para conseguirlo (buscar academia, consultar horarios, precios, etc.)
  • Haz diana. Tómate tu tiempo y piensa qué te mueve, no cojas cualquier camino al azar.
  • Una persona que desea cambiar de trabajo, pero está desorientada, no debería malgastar su energía hablando de lo poco que le gusta su empleo, sino en imaginar la clase de trabajo que le gustaría desempeñar.
  • Intenta que tus metas no sean contradictorias.
  • ¿Qué te conviene? Piensa si eso que tanto anhelas proporciona felicidad a quien ya lo posee.
  • Claves:
    • Una meta, un reto.
    • Cimas alcanzables
    • Traza un plan
    • Comprométete
    • Persevera en el intento.




Fuente: Revista PRONTO

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La mejor actitud para ganarte a los demás


Ser agradable y flexible, la mejor actitud para ganarte a los demás

SONREÍR A MENUDO, SER EDUCADO  Y TRATAR DE SER ÚTIL TE AYUDARÁ A CONSEGUIRLO.

Si quieres vivir en un entorno feliz, es importante que seas tú quien dé el primer paso. Si tratas de ser amable, lo más probable es que los demás actúen en consecuencia y se conviertan ellos también en personas más afectuosas.

Desde que te levantas por la mañana hasta que te acuestas por la noche, debes tratar con un gran número de personas. Con algunas tan sólo intercambiarás un saludo, con otros largas conversaciones... De la actitud que tomes con ellas dependerá la forma en la que se desarrollará ese día: con tranquilidad, si lo que decides es ser flexible; con crispación, si te muestras intolerante.

Cambia algunos aspectos
Tú eres, por lo tanto, el máximo responsable de cómo será tu entorno. Si sabes la forma de modificarlo, tanto tú como los tuyos tendréis una existencia mucho más gratificante. Para ello, tan sólo tienes que cambiar algunos aspectos de tu forma de ver la vida.

  • Muestra tu mejor cara. Es tan sencillo como esto: trata a los demás como te gustaría que te tratasen a ti. Sonríe con frecuencia, sé educado, muestra tu afecto siempre que puedas... Las personas que te rodean imitarán tu actitud y las relaciones con ellas serán mucho más positivas. 
  • Confía en los demás. Ya sabemos que nadie es perfecto, pero, por regla general, la mayoría de las personas son bondadosas y tienen buena voluntad. Si te muestras confiado/a con ellas desde el primer momento, el trato que les dispensarás será mucho más agradable que si te muestras receloso: te implicarás más, te mostrarás más relajado, etc. "Siempre prefiero pensar lo mejor de todo el mundo, ahorra muchos problemas", decía el escritor Rudyard Kipling. 
  • Trata de ser más flexible. Ser intransigente, querer tener siempre la razón, defender las opiniones contra viento y marea... son actitudes que agotan y exasperan al interlocutor. Para una buena convivencia, es mejor relajarse un poco y tratar de ser más empáticos y ver las cosas desde otros puntos de vista. Las personas de nuestro entorno lo agradecerán y nosotros no estaremos siempre tan exasperados. 

Valores morales
Pero no nos quedemos únicamente en la superficie. A la hora de tratar con los demás, también es importante cuidar nuestra integridad moral.

  • Sé sincero. Aunque no siempre resulte fácil, trata de ir siempre con la verdad por delante. No intentes manipular a los demás ni tampoco dorarles la píldora. Al final, se acabarán dando cuenta y dejarán de confiar en ti. 
  • Toma siempre el buen camino. "Sé honesto con los que son honestos y también con los que no lo son. Es así como se alcanza la verdadera bondad", aseguraba el filósofo y poeta chino Lao Tzu. Trata siempre de hacer el bien, a corto o largo plazo, lo agradecerás. 
  • Preocúpate por los demás. A todos nos gusta recibir un trato preferente, disfrutar de la compañía de personas que se muestran interesadas por nuestra vida, recibir su ayuda... Hazlo con los que te rodean y les harás felices.

“Con palabras agradables y un poco de amabilidad se puede arrastrar a un elefante de un cabello”. Proverbio persa.
Cómo tratar con una persona difícil
Tal como dice el refrán, «No todo el monte es orégano». Muchas de las personas con las que nos encontramos no son todo lo agradables y participativas que nos gustaría. ¿Qué hacer en estos casos?

  • NO TE PONGAS A SU NIVEL. Sea cual sea el tono que empleen contigo, trata de mantener una actitud lo más calmada y positiva posible. 
  • EVITA LOS TEMAS CONFLICTIVOS. Si conoces a la persona, sabrás perfectamente sobre lo que puedes y laque no puedes hablar con ella. Si la acabas de conocer, trata de no abordar temas como política, críticas a otras personas, etc. 
  • PONTE EN SU LUGAR. Te ayudará a comprender mejor a la persona que te ofende y, de esta manera, te resultará mucho más fácil manejar la situación. 
  • PROCURA QUE HAYA UN BUEN AMBIENTE. Para limar asperezas, nada mejor que romper la negatividad con un chiste, una buena noticia, un halago... 
  • HAZLE UN REGALO. No hace falta que sea algo costoso. Para ganarte a alguien que se te resiste, no hay nada mejor que sorprenderlo con un obsequio que sabes que le llegará al corazón y que agradecerá. 
  • CORTA CON LA CONVERSACIÓN. Si ves que tu interlocutor no atiende a razones, lo mejor es abandonar la discusión. No lo tomes como una derrota, sino como una forma de librarte de algo que no te va a reportar más que problemas y malestar. 

Las cinco reglas de la amabilidad

  1. Deja que fluyan tus sentimientos positivos: Sé afectuoso, sonríe, abraza a quien aprecies... y hazlo siempre con naturalidad y alegría. 
  2. Usa palabras como “gracias”, “perdón”, “por favor”: Son comodines que te ayudarán en tu trato con los demás. 
  3. Intenta ver lo mejor de cada persona: Muchas de ellas te sorprenderán. 
  4. Respeta las opiniones de los demás: Aunque no las compartas, debes aceptarlas. 
  5. Trata de ayudar siempre que puedas: De esta manera, sabrán que eres una persona con la que pueden contar. 





Fuente: Revista PRONTO

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lunes, 21 de noviembre de 2016

10- Proclama tu independencia


En cualquier relación humana en la cual dos personas se conviertan en una, el resultado siempre será dos medias personas.
El ser psicológicamente independiente quiere decir estar totalmente libre de todas las relaciones obligatorias, e implica la ausencia del comportamiento dirigido hacia los demás. Quiere decir que eres libre de la obligación de hacer algo que de otra manera no elegirías hacer, de no existir esa relación.

El abandono del nido significa convertirte en ti mismo, en tu propia persona, es decir en lo que en realidad eres, viviendo y escogiendo los comportamientos que tú elijas y deseas. No significa una ruptura en ningún sentido de la palabra.

El depender de alguien psicológicamente quiere decir que esta relación no implica una elección, sino que es una relación por la cual te sientes obligado a ser algo que no quieres ser y que te ofende el sentirte forzado a comportarte de esa manera.

 La obligación engendra culpa y dependencia, mientras que la libre elección inspira amor e independencia.

La independencia psicológica implica no necesitar a los demás. No digo no desear tener relaciones con los demás; lo que digo es no necesitarlos.

Mientras pienses que tienes que hacer algo porque es lo que se espera de ti en cualquier relación, y el hacerlo te provoca resentimientos contra esa persona y el no hacerlo te carga de culpa, puedes estar seguro que tienes que ocuparte de esta zona errónea.

     Para eliminar la dependencia hay que empezar por la familia, por la forma en que tus padres te trataron cuando eras pequeño y en la que tratas tú a tus hijos ahora.

1)     La trampa de la dependencia en la educación de los hijos y en la familia.
En el reino animal, ser padres significa enseñarles a los hijos a valerse por sí mismos para que puedan ser independientes, y luego, dejarlos.

En el caso de los seres humanos, el instinto sigue siendo el mismo, esto es, el ser independientes, pero nos domina la necesidad neurótica de poseer y de vivir nuestra vida a través de nuestros hijos y el propósito de educar a un niño para que sea independiente se confunde con la idea de educar a un niño para aferrarse a él.

¿Te gustaría que tus hijos tuvieran muy buena opinión de sí mismos, y también mucha confianza en sí mismos, que no fueran neuróticos, se realizaran y fueran felices? Por supuesto que sí. ¿Pero qué puedes hacer para ayudarles a que sean así? Sólo siendo así tú mismo. Los niños aprenden sus comportamientos de los modelos que tienen ante sí.

Si tú estás lleno de culpa y no te sientes realizado, y les dices que sean lo contrario, les estás vendiendo un producto fallado. Si el modelo que les presentas es bajo en autoestima, les estás enseñando a tus hijos a adoptar para sí mismos la misma actitud. Y lo que tiene aún más importancia y significación, si haces que ellos sean más importantes que tú mismo, no los ayudas, simplemente les estás enseñando a poner a los demás delante de ellos mismos y quedarse en el asiento de atrás insatisfechos y sin lograr realizarse.

Sólo al tratarte a ti mismo como la persona más importante y no sacrificándote a ti mismo por tus hijos, les enseñarás a tener confianza y también a tener fe en sí mismos.

El abandono del nido en una atmósfera psicológicamente sana no implica ni crisis ni disturbios o problemas: es la consecuencia natural de una vida eficiente y positiva.

Si observas las relaciones eficientes y positivas que existen entre algunos padres e hijos que no están ligadas por requerimientos y obligaciones, verás que se trata de padres que tratan a sus hijos como amigos. Si un niño desparrama la salsa sobre el mantel, no le larga la clásica "¿Por qué no te fijas en lo que haces? Eres tan torpe". En cambio observarás que lo tratan como lo harían con un amigo en el caso que éste derramara algo: "¿Puedo ayudarte?" Nada de ofenderlo porque te pertenece, más bien respetarlo por su propia dignidad de niño.

Descubrirás también que los padres eficientes estimulan más los instintos de independencia que de dependencia y no hacen escenas por la expresión de deseos tan normales como los de ser autónomos.

 2)     Diferencias entre familias dirigidas a la independencia y las dirigidas a la dependencia.

  • En las familias dirigidas a la independencia, los impulsos dirigidos hacia la autonomía y el ser uno mismo son considerados normales y no un desafío a la autoridad de uno de sus miembros.
  • De esta actitud resultan las familias que les gusta reunirse en vez de sentir la obligación de hacerlo. Existe también un respeto por la intimidad de los demás más que una exigencia de compartirlo todo.
  • En familias como ésta, la esposa tiene una vida propia aparte de la de esposa y madre. Es así un modelo positivo para sus hijos en vez de vivir su vida para ellos y a través de ellos.
  • Los padres sienten que su propia vida es de una importancia capital porque sin ella no puede haber armonía familiar.
  • Así, los padres se ausentan ocasionalmente sin sentirse obligados a estar siempre para sus hijos. La madre no es una esclava porque no quiere que sus propios hijos (especialmente las niñas) se conviertan en esclavos. No siente que ella tiene que estar allí todo el tiempo para atender a todas las necesidades de sus niños.
  • En este tipo de familia no existen manipulaciones sutiles por medio de la culpa o amenazas para mantener a los hijos dependientes y bajo la responsabilidad de los padres. Cuando los hijos crecen, los padres no quieren que los visiten por obligación.
  • Además, los padres están demasiado ocupados en sus propias cosas para pasarse la vida esperando que sus hijos o nietos aparezcan para darles una razón de vivir.
  • Los padres como éstos no creen que deben ahorrarles a sus hijos los sinsabores y dificultades que pasaron ellos, porque reconocen que el hecho mismo de trabajar para sobreponerse a las dificultades fue lo que les dio confianza en sí mismos y la estima correspondiente. Ellos no desean privar a sus hijos de experiencias tan importantes.
  • Estos padres se dan cuenta de que el deseo de sus hijos de luchar por sí mismos con la ayuda y no bajo el dominio de padres, es algo sano que no hay que negarles.
  • Tú puedes hacer que todas tus visitas a la casa de tus padres sean experiencias afectuosas si te aferras con fuerza a tu propia lucha por independizarte de ellos.
  • Y si tú presentas ante tus hijos un modelo de autoorgullo y de autovaloración positiva, ellos a su vez abandonarán el nido sin causar tensiones ni problemas a nadie.

3)     La dependencia psicológica y la crisis matrimonial.
“El matrimonio es aquella relación entre un hombre y una mujer en la que la independencia es equivalente, la dependencia mutua y la obligación es recíproca”.
Ahí están las dos palabras feas, dependencia y obligación, que son las responsables del estado actual del matrimonio y de la tasa de divorcios.

  • Una relación que se basa en el amor es una relación en la que cada uno de sus miembros le permite al otro ser lo que él quiere, sin expectativas especiales y sin exigencias.
  • Es una asociación simple entre dos personas que se quieren tanto que ninguno de los dos querría que el otro fuese algo que no haya escogido por sí mismo.
  • Es una unión que se basa en la independencia, más que en la dependencia.

Imagínate una unión con el ser que amas en la que cada uno de vosotros dos puede ser lo que quiera. Ahora piensa en lo que son realmente la mayoría de las relaciones que tú conoces. ¿Cómo se introduce solapadamente esa temible dependencia y lo fastidia todo?

 4)     Un matrimonio típico.

  • La trenza que se hila en la mayoría de los matrimonios es la del dominio y la sumisión.
  • Con dos personas que tienen fe en sí mismas, que se quieren el uno al otro lo suficiente como para alentar una independencia en vez de dependencia, pero a la vez compartiendo la felicidad con el ser amado, entonces el matrimonio puede llegar a ser una posibilidad muy estimulante y agradable. Pero, cuando dos personas tratan de fundirse hasta convertirse en una sola, o una de ellas trata de dominar a la otra de cualquier forma que sea, esa llamita que existe dentro de todos nosotros lucha por una de las necesidades más grandes e importantes del ser humano: la independencia.
  • La longevidad no es un indicativo del éxito de un matrimonio. Mucha gente sigue casada por miedo a lo desconocido, por inercia o simplemente porque eso es lo que hay que hacer.
  • Un buen matrimonio, un matrimonio en el que ambos compañeros sienten verdadero amor, se produce cuando cada uno está dispuesto a dejar que el otro escoja por sí mismo en vez de tratar de dominar.
  • La dependencia es la serpiente en el paraíso de un matrimonio feliz. Crea patrones de dominio y sumisión y finalmente destruye las buenas relaciones.
  • Parece irónico (pero no lo es) el hecho de que el poner distancias entre los cónyuges consolide los matrimonios.

5)     La gente te trata tal como tú le enseñas que te trate.

  • La dependencia no es algo que simplemente sucede por el contacto con gente dominante. Como todos los comportamientos de las zonas erróneas, es una elección. Tú le enseñas a la gente a que te domine y a tratarte de la manera que siempre te ha tratado.
  • He aquí algunas de las estrategias más comunes que sirven para conservar los hilos del control y de la dominación dentro de la vida conyugal:
    • Chillar, gritar o levantar la voz en cualquier sentido. Esto te mantendrá en tu lugar si eres una persona suave y quieres que las cosas sean blandas y fáciles.
    • Comportamientos amenazantes como: "Me iré, pediré el divorcio".
    • Provocar sentimientos de culpa. "No tienes derecho a..." "No comprendo cómo puedes haber hecho algo así." Si eres proclive a la culpa, con este tipo de frases será fácil mantenerte sometido.
    • Hacer uso de la ira y de comportamientos explosivos como arrojar objetos, usar palabras fuertes, golpear cosas.
    • El truco de la enfermedad física. Tener dolores de cabeza, un ataque al corazón, dolor de espalda o lo que sea, cada vez que uno de los cónyuges no actúa de la manera que quiere el otro. Será fácil manipularte así si le has enseñado a tu compañero o cónyuge que te portarás bien cuando él se enferma.
    • El tratamiento silencioso. El no hablar y encerrarse deliberadamente son dos de las estrategias más eficientes que puede usar uno de los socios para maniobrar la conducta del otro.
    • La rutina de las lágrimas. Lloras para conseguir que la otra persona se sienta culpable.
    • La escena del abandono. El levantarse y partir es una buena manera de manipular al compañero para que asuma o abandone cierto tipo de comportamiento.
    • El recurso de "Tú no me quieres, o "Tú no me comprendes" para conseguir que se haga tu voluntad y mantener la dependencia dentro de la relación.
    • La treta del suicidio. "Si tú no haces lo que yo quiero, me mato," o "Si me dejas, yo terminaré con todo".

Todas las estrategias mencionadas más arriba son los métodos que sirven para mantener a la otra persona dentro del rol deseado en el matrimonio.

  • Si uno de los cónyuges rehúsa dejarse manipular por ellas, el otro dejará de usarlas.
  • Sólo cuando uno de los cónyuges reacciona de acuerdo a este tipo de tretas, el otro se acostumbra a usarlas.
  • Si respondes con las actitudes sumisas esperadas, le enseñas al otro lo que tolerarás.

Si te maltratan es porque has estado emitiendo señales de: por favor maltrátame. Tú puedes aprender a enseñarle a los otros a tratarte de la manera que te gusta que te traten:

En vez de decir: "¿ Por qué no me tratas mejor?", empieza a decir: "¿ Qué es lo que estoy haciendo para que los demás me traten de esta manera?". Pon el enfoque en ti mismo y empieza a cambiar esas reacciones.

 6)     Algunos de los comportamientos de dependencia más comunes, y algunos comportamientos que alientan la dependencia.

  • Sentirse incapaz de abandonar el nido o abandonarlo con sentimientos de culpabilidad por los dos lados.
  • Sentirse obligado a visitar a alguien, a telefonear, invitar, a hacer de chófer y cosas por el estilo.
  • Pedirle permiso al cónyuge para cualquier cosa, incluso para gastar dinero, para hablar o para usar el coche.
  • Indiscreciones que son como invasiones a la intimidad de los demás, como por ejemplo revisar los cajones de los niños o sus cartas o cuadernos secretos.
  • Frases como: "Yo no podría decirle lo que siento a él no le gustaría".
  • Quedarse inmovilizado o tener una depresión después de la muerte de un ser amado.
  • Sentirte atado a algún trabajo especial y no atreverte a trabajar por tu cuenta.
  • Tener ideas preconcebidas respecto de lo que debe ser el comportamiento de un padre, esposo o hijo.
  • Sentirse incómodo por la conducta de un cónyuge, o un padre o un hijo, como si lo que ellos son fuese parte de lo que tú eres.
  • Pasarte la vida entrenándote, es decir preparándote para algún trabajo o un puesto, sin dejar jamás la fase de entrenamiento por una de confianza en ti mismo.
  • Molestarse, sentirse dolido, por lo que los otros digan, piensen o hagan.
  • Poderte sentir feliz o realizado sólo si tu compañero se siente de la misma manera.
  • Dejar que los demás te den órdenes.
  • Dejar que otros tomen decisiones por ti o pedir siempre consejo antes de tomar una decisión.
  • "Estás en deuda conmigo, mira lo que hice yo por ti." Las obligaciones que van con la dependencia.
  • No hacer algo delante de los padres o de la persona dominante porque no estarían de acuerdo o porque no les gustaría. No fumar, o beber, o decir malas palabras, o comer un helado de chocolate, o lo que sea, por cumplir con tu rol de sometimiento y sumisión.
  • Abandonarte completamente, sin importarte tu vida, cuando algún ser amado muere o se enferma gravemente.
  • Tener cuidado con el lenguaje que se usa ante una persona dominante, para no molestarla.
  • Mentir constantemente respecto a tu propio comportamiento, y tener que tergiversar la verdad para no perturbarlos a "ellos".

 7)     La compensación psicológica de la dependencia.
La dependencia puede parecer algo muy inocuo e inocente, pero en realidad es el principal enemigo de la felicidad, de la plenitud y de la posibilidad de realizarse.

He aquí algunos de los dividendos más comunes que te impulsan a mantenerte dentro de este estado de dependencia:

  • La dependencia puede mantenerte bajo la custodia protectora de otra gente y ofrecerte los beneficios que reciben los niños pequeños porque no son responsables de su propio comportamiento.
  • Al seguir siendo dependiente, puedes culpar a los demás de tus propias deficiencias.
  • Al depender de los demás, no tienes necesidad de emprender la difícil tarea ni el riesgo de cambiar. Puedes sentirte seguro fiándote de quienes son responsables de ti.
  • Puedes sentirte bien porque satisfaces a los demás. Aprendiste que la manera de ser bueno es satisfaciendo a mamá y ahora hay numerosas mamás simbólicas que te manipulan.
  • Puedes evitar la culpa que escoges cuando te comportas de manera afirmativa. Resulta más fácil portarte bien que aprender a eliminar la culpa.
  • No habrá necesidad de que tomes decisiones ni hagas elecciones por ti mismo. Sigues el modelo que te presenta tu padre o madre, tu cónyuge o el individuo de ; quien dependes. Mientras pienses lo que ellos piensan y sientas lo que ellos sientan, no habrá necesidad de determinar lo que tú sientes o piensas.
  • Resumiendo, luego de agotar elucubraciones, simplemente es mucho más fácil ser uno de los que siguen que ser un líder. Puedes hacer lo que te digan y evitarte  problemas aunque no te guste ser de los que siguen.
  • Siempre será más sencillo que correr todos los riesgos que implica el ser tu propia persona. La dependencia es desagradable porque te convierte en algo menos que una persona completa que funciona independientemente. Pero es más fácil; de eso puedes estar seguro.

 8)     Un programa para liberarte de la dependencia

  • Escribe tu propia Declaración de Independencia en la que anuncies claramente ante ti mismo y para ti mismo que quieres funcionar en todas las relaciones humanas eliminando por completo las manipulaciones externas. "Yo, esta persona, para lograr una unión más perfecta, etc.,"
  • Habla con todas las personas de quienes te sientes dependiente psicológicamente. Declara tus propósitos de funcionar independientemente. Explica lo que sientes cuando haces cosas por obligación. Ésta es una estupenda estrategia para comenzar este proceso, pues la otra persona puede que ni siquiera se dé cuenta ni que sienta que eres dependiente.
  • Ponte metas de cinco minutos de duración para tratar con la gente dominante de tu vida. Prueba una frase corta: "No, yo no quiero hacerlo" y observa cómo reacciona la otra persona.
  • Organiza una sesión de planificación con tu socio dominante en un momento en que no te sientas amenazado. Durante esta sesión, explícale que a veces te sientes manipulado y sometido y que te gustaría tener una señal convenida entre los dos para hacérselo notar cuando suceda y tú no quieras hablar de ello. Por ejemplo un tironcito de oreja o ponerte el dedo en la boca para anunciarle que te estás sintiendo sometido en ese preciso instante.
  • Cuando te sientas empujado a hacer cosas, manipulado psicológicamente, díselo a la otra persona y actúa de la manera en que te gustaría comportarte.
  • Recuérdate a ti mismo que los padres, cónyuges, amigos, jefes y otros, a menudo desaprobarán tu comportamiento y que eso nada tiene que ver con lo que eres o quién eres. Es sabido que en cualquier tipo de relación habrá siempre desacuerdos. Si los esperas, no te desesperarás cuando sucedan. De esta manera podrás romper con muchas de las relaciones de dependencia que te esclavizan emocionalmente.
  • Incluso aunque trates deliberadamente de evitar a la gente dominante (padre o madre, cónyuge, jefe, hijos), seguirás estando controlado por ellos durante su ausencia si te sientes inmovilizado emocionalmente por su culpa.
  • Si te sientes obligado a visitar ciertas personas, pregúntate si quisieras que otras te visiten simplemente porque se sientan obligadas a ello. Si no es así, otorga un trato correspondiente a quienes estás tratando de esta manera y háblalo con ellos. Esto es, revierte la lógica del comportamiento y verifica la falta de dignidad que existe en una relación obligada de este tipo.
  • Toma la decisión de salirte de tu rol de dependencia haciendo un trabajo voluntario, leyendo, tomando a alguien para que se ocupe de los niños (aunque cueste demasiado dinero y pienses que no te lo puedes permitir), aceptando un empleo que no pague demasiado bien. ¿Por qué? Simplemente porque la remuneración que significa el aumento del aprecio y valoración de ti misma bien vale la pena, cueste lo que cueste en dinero o en tiempo.
  • Insiste en tu independencia económica sin ataduras y sin tener que darle cuenta a nadie. Si tienes que pedir el dinero que quieres o necesitas, eres un esclavo. Si eso no es posible, arréglatelas para ganar tu propio dinero de la manera más creativa que puedas.
  • ¡Déjalos estar! ¡Déjate estar tú! ¡Deja de dar órdenes! ¡Deja de recibir órdenes!
  • Reconoce tu deseo de intimidad, de no tener que compartir todo lo que sientes y experimentas con alguien. Tú eres único y privado. Si sientes que tienes que compartir todo, no tienes elección y eres en consecuencia una persona dependiente.
  • Deja que la habitación del niño sea realmente la suya. Dale un espacio que él pueda controlar y siempre que no sea perjudicial, deja que él decida cómo la va a organizar. Una cama hecha no es más sólida psicológicamente que una sin hacer, aunque te hayan enseñado lo contrario.
  • En las fiestas haz grupo aparte de tu marido o mujer. No sientas que tienes que estar con esa persona todo el tiempo. Separaos y luego unid vuestras fuerzas cuando todo haya acabado. Así duplicaréis vuestras experiencias.
  • Si tú tienes ganas de ir al cine y tu compañero quiere jugar al tenis, hacedlo de esa manera. Permitíos más separaciones y así las reuniones serán más alegres y estimulantes.
  • Haz cortos viajes solo o con amigos sin tener que sentirte atado a tu cónyuge o compañero. Os sentiréis más unidos cuando volváis y apreciaréis el hecho de poder funcionar independientemente.
  • Recuerda que no tienes la responsabilidad de hacer feliz a los demás. Los demás se hacen felices a sí mismos. Es posible que realmente disfrutes de la compañía de otra persona, pero si sientes que tu misión es hacerla feliz, entonces dependerás de ella y te sentirás deprimido cuando esa persona esté deprimida. O peor aún, pensarás que eres tú quien le ha fallado. Tú eres el responsable de tus propias emociones, y la demás gente, de las suyas. Nadie puede controlar tus sentimientos, salvo tú mismo.
  • Recuerda que el hábito no es razón suficiente para hacer algo, cualquier cosa que sea. El que siempre hayas estado sometido a los demás no es motivo ni justificación suficiente para seguir estándolo.
  • La clave de una vida eficiente reside en la independencia. Igualmente, la clave de un buen matrimonio reside en el mínimo de fusión y el máximo de autonomía y autodependencia. Y aunque sientas verdadero temor a romper tus relaciones dependientes, seguro que si les preguntas lo que piensan a las mismas personas con las que mantienes estas relaciones de dependencia emocional, descubrirás, con gran sorpresa, que ellos admiran más a quienes piensan y actúan por sí mismos. Otra ironía. Quienes más te respetarán por ser independiente serán los mismos que con más fuerza trataron de mantenerte subordinado.
  • El nido es un lugar maravilloso para que se desarrolle el niño, pero abandonar el nido es aún más maravilloso y puede sentirlo así tanto el que se va como el que se queda observando el despegue.

Fuente: Tus zonas erróneas (Wayne Dyer)

Acúfenos


LAS PREGUNTAS
  • ¿Qué son?
  • ¿Cuáles son sus causas?
  • ¿Qué síntomas producen?
  • ¿Cómo se diagnostican?
  • ¿Cómo se tratan?
LAS RESPUESTAS
  • QUÉ SON. Se trata de la sensación subjetiva de ruidos o zumbidos que se pueden percibir como si provinieran del exterior, en forma de pitido, sonido de grillos o murmullo del mar. Todos, en alguna ocasión, hemos podido comprobar esta sensación, pero hasta un 10% de la población presentan acúfenos de forma permanente. Aunque la mayoría son de origen desconocido, existen algunos factores directamente relacionados:
    • Alteraciones de la propia vía auditiva, debido a la presencia de una otitis, un tapón de cera, inflamación de la articulación de la mandíbula, traumatismos del oído, exposición a ruidos intensos, vértigo, el propio envejecimiento del oído ...
    • Estrés o ansiedad, ya que existe una hiperestimulación en la corteza cerebral auditiva.
    • Hábitos posturales incorrectos que puedan afectar a las zonas mandibular y cervical, provocando trastornos como rechinar de dientes, artrosis cervical ...
  • SINTOMAS. Los ruidos suelen apreciarse más en ambientes silenciosos y por la noche, ya que durante el día quedan enmascarados por el ruido externo. Normalmente, suele haber una adaptación progresiva a los mismos, pero en algunas personas pueden provocar aislamiento social, pérdida de concentración, irritabilidad, desesperación e, incluso, alteración del ritmo vigilia-sueño, lo que afecta en gran parte su calidad de vida.
  • DIAGNÓSTICO. El otorrinolaringólogo estudiará en la medida de lo posible su causa, para ello, se llevará a cabo una exploración física inicial y una historia clínica completa, indagando el tipo de acúfeno y su severidad, su afectación diaria y otras preguntas que puedan hacer pensar en otras causas, como las emocionales o de estrés. Se le realizará una otoscopia (observación del oído a través del aparato destinado a ello), una analítica completa, una radiografía cervical, si se cree necesario, y una audiometría. En ocasiones, según la opinión del especialista, puede ser necesario un TAC, una resonancia, y/o una ecografía/doppler.
  • TRATAMIENTO. Dependerá de la causa que muestre el diagnóstico, teniendo en cuenta que algunas, ya descritas, son crónicas, por lo que el tratamiento va destinado a paliar los síntomas en la medida de lo posible. Éste suele ser farmacológico. a través de vasodilatadores cerebrales o con medicamentos que controlen la actividad de sobreexcitación cerebral, además de ansiolíticos comunes, que pueden resultar útiles para ayudar a paliar los síntomas.
Cuando los fármacos no funcionan, se está utilizando la denominada Terapia de Reentrenamiento, que consiste en conseguir la habituación del paciente al acúfeno mediante consejos terapéuticos y terapia sonora, de manera que pueda dejarlo de oír de forma consciente. Alrededor de un 70% de las personas que se someten a esta terapia suelen mejorar en el primer año del tratamiento.

Fuente: Revista PRONTO
www.pronto.es


martes, 15 de noviembre de 2016

Inteligencia emocional


LA EMPATÍA TE ACERCA A LOS DEMÁS.

Las emociones son el resorte que nos mueve a actuar. Ser capaces de comprenderlas, controlarlas y utilizarlas es esencial para ser feliz. ¿Sabes hacerlo? 

La clave para vivir con pasión eléctrica desde el minuto uno hasta el último es la inteligencia emocional, esto es, saber movilizar la gasolina que hace carburar las pasiones de nuestra vida: disfrutar de lo que hacemos, aprender, amar, jugar, hacer arte y; sobre todo, no perder el tiempo quejándose", asegura el psicólogo Rafael Santandreu, autor del libro «Las gafas de la felicidad". Pero, ¿qué es la inteligencia emocional? ¿Cómo sé si la tengo?

Qué es y cómo aplicarla
La inteligencia emocional se define como la capacidad de sentir las emociones, comprenderlas, controlarlas y utilizarlas para modificar los estados de ánimo propios o ajenos. Entre las habilidades de una persona con inteligencia emocional destacan la aptitud para empatizar con los demás, evitar que la frustración o la angustia interfieran con sus facultades racionales y motivarse uno mismo.

  • Sentimientos bajo control.  Tal como explica la filósofa Victoria Camps, «las emociones son los móviles de la acción, pero también pueden paralizarla». Hay, añade, emociones que nos incitan a actuar y otras que nos llevan a escondernos o a huir de la realidad, pero todas pueden ser útiles y contribuir al bienestar de la persona que las experimenta. Para ello, sin embargo, hay que conocerlas y aprender a gobernarlas. «Es posible hacerlo, porque las emociones, al igual que otras tantas expresiones humanas, se construyen socialmente», dice la filósofa catalana. Daniel Goleman, autor del libro «Inteligencia emocional» y considerado uno de los máximos especialistas en el tema, coincide: "Las habilidades emocionales son susceptibles de aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida". 
  • Tus puntos fuertes. Goleman enumera algunas de las habilidades que posee una persona con inteligencia emocional: conoce sus fortalezas y debilidades, confía en su instinto, cuando está enfadado sabe por qué y, si se cae, se levanta rápido. Además, en relación con los demás, le genera curiosidad e interés la gente que no conoce, se lleva bien con la mayoría de personas y sabe leer sus expresiones faciales, así como prestar atención a lo que dice el otro y cuándo debe decir "no". 

“No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas”. Jorge Bucay, escritor y psicoterapeuta argentino.



Fuente: Revista PRONTO

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lunes, 14 de noviembre de 2016

9- Terminando con las postergaciones ahora mismo


 ¿Te encuentras tú en la categoría de los que postergan todo? Si eres como la mayoría de la gente, la respuesta es sí.

Pero es muy posible también que preferirías no vivir con la ansiedad que produce el postergamiento de las cosas.

Estás postergando muchas cosas que quieres hacer, y sin embargo por algún motivo, simplemente sigues suspendiendo la acción. Este asunto de las dilaciones es una de las facetas más preocupantes de la vida.

Tu zona errónea de "postergación" es de las más difíciles de achacar a las fuerzas externas. Es toda tuya, tanto la postergación en sí como la incomodidad que ésta te produce.

Como en todas las zonas erróneas, el comportamiento en sí no es malsano. El hecho de postergar, en realidad, ni siquiera existe. Uno simplemente hace cosas, y las que no hace, simplemente no están hechas en vez de postergadas. El comportamiento neurótico es simplemente la reacción emocional que lo acompaña y la inmovilización que produce.

1)     Esperando, deseando y quizá.
Tres frases neuróticas típicas del hombre que posterga y vacila componen el sistema de apoyo que sirve para mantener el comportamiento dilatorio:
"Quizá las cosas se solucionarán solas."
"Espero que las cosas vayan mejor."
"Deseo que se arreglen las cosas."
Cuando dices "quizás", "espero", o "deseo", puedes usar estas palabras como razonamientos para no hacer nada en el presente. Pero los deseos y esperanzas no son más que una pérdida de tiempo, ilusiones vanas de los que viven en un mundo ficticio.

Nunca nadie logró nada, con ninguna de estas palabras por más veces que las repitiera. En realidad éstas sólo sirven para evitar tomar cartas en el asunto y realizar las tareas que tú has decidido que tienen la suficiente importancia para estar en la lista de las actividades de tu vida.

Tú puedes hacer lo que te propongas. Eres fuerte y capaz.

Al postergar para un momento futuro lo que quisieras hacer ahora, te entregas al escapismo, a la autoduda, y lo que es peor aún al autoengaño. Tu zona postergatoria es un movimiento que te impide ser fuerte en el momento actual, en tu ahora, y te impulsa en dirección de la esperanza de que las cosas mejorarán en el futuro.

2)     La inercia como estrategia para vivir.
"Esperaré y mejorarán las cosas".
Para algunos esta actitud se convierte en una forma de vida, siempre están postergando algo que harán en un día que nunca ha de llegar.

Las cosas no se solucionan nunca solas. Se quedan exactamente como están. Como mucho, las cosas cambian, pero no mejoran.

Si tu vida es mejor de lo que era, es porque tú has hecho algo constructivo para mejorarla.

Ésta es una de las zonas que puedes limpiar con mucho "trabajo mental", ya que es una zona que tú mismo te has creado, sin ninguno de los refuerzos culturales que son como el sello de tantas otras zonas erróneas.

3)     ¿Cómo funciona la postergación?
La postergación es "el arte de estar al día con el ayer y de evitar el hoy".

Tú sabes que hay ciertas cosas que quieres hacer, no porque otros te lo hayan ordenado, sino porque las has elegido deliberadamente. Sin embargo muchas de ellas se quedan sin hacer, a pesar de lo mucho que te digas a ti mismo que las harás.

Decidirte a hacer algo en el futuro, algo que podrías hacer ahora, es un sustituto muy aceptable del hecho de hacerlo realmente, y te permite engañarte a ti mismo no enfrentándote con el hecho de que en realidad ésta es una excusa y que no estás haciendo lo que te propusiste hacer.

Si eres el tipo de persona que vive de una manera y dice que va a vivir de otra en el futuro, tus declaraciones no tienen contenido. Quiere decir simplemente que eres de las personas que siempre difieren la acción y que nunca terminan de hacer las cosas.

Tú no eres necesariamente lo que dices. Tu comportamiento es un barómetro mucho más adecuado para medir tu valor. Lo que haces en tus momentos presentes es el único indicador de lo que eres como persona.
“No digas cosas. Lo que eres, relumbra sobre ti mientras lo haces, y atrona con tal fuerza que no puedo oír lo que alegas en su contra.”
La próxima vez que digas que harás algo, a sabiendas de que no lo harás, recuerda esas palabras. Son el antídoto de la postergación.

4)     Los críticos y los hacedores.
Un no hacedor es a menudo un crítico, esto es, alguien que se echa para atrás y mira cómo los demás hacen cosas, y luego elucubra conceptos filosóficos sobre cómo están haciendo las cosas los hacedores. Es muy fácil ser crítico, pero ser un hacedor requiere esfuerzo, riesgos y cambios.

  • Es mucho más fácil hablar de cómo actúa otra persona que ser la que en realidad actúa.
  • Toma nota de las actitudes de los verdaderos campeones, los que han mantenido un alto nivel de excelencia durante un largo período de tiempo. Hacedores en el nivel más alto. Campeones en todo sentido. ¿Acaso se sientan tranquilamente a criticar a los demás?
  • Los verdaderos hacedores de este mundo no tienen tiempo para criticar a los demás. Están demasiado ocupados haciendo cosas. Trabajan. Ayudan a los que no tienen tanto talento como ellos en vez de criticarlos. 

Tu primera estrategia consistirá en reconocer estos comportamientos de crítico en ti mismo y en hacer la firme resolución de eliminarlos por completo para que puedas ser un hacedor en vez de un crítico postergador y dilatorio.

5)     El aburrimiento: Una resultante de la postergación.
La vida no es nunca aburrida pero alguna gente escoge aburrirse.

  • El concepto del aburrimiento implica la incapacidad para usar el momento presente en actividades que te ayuden a realizarte.
  • El aburrimiento es una opción, una elección; algo que tú mismo te impones y es uno de esos elementos autodestructivos que puedes eliminar de tu vida.
  • Cuando postergas y vacilas malgastas tus momentos presentes en no hacer nada como alternativa a la posibilidad de hacer cualquier cosa. El no hacer nada conduce al aburrimiento.
  • La tendencia general es echarle la culpa al entorno por el aburrimiento. "Este pueblo es realmente aburrido" o "¡Qué orador tan aburrido!". El pueblo en particular y el orador no son nunca aburridos, eres tú el que experimenta el aburrimiento y puedes eliminarlo haciendo alguna otra cosa con tu mente en ese momento.

"El hombre que se deja aburrir es aún más despreciable que el aburrido". Haciendo lo que quieres, ahora, o usando tu mente de forma creativa y nueva, ahora, te aseguras un futuro en el que nunca más escogerás para ti mismo el aburrimiento.
6)     Algunos comportamientos típicos postergatorios.

  • Seguir en un empleo en el que te sientes atrapado y sin posibilidad de desarrollarte y crecer.
  • Aferrarte a una relación que se ha echado a perder. Seguir con alguien esperando que las cosas mejorarán.
  • Negarte a hacer algo positivo para solucionar dificultades de relación en lo sexual, la timidez o en fóbias. Esperar a que mejoren por sí solas en vez de hacer algo constructivo al respecto.
  • No luchar contra adicciones como el alcohol, las drogas, las píldoras o el cigarrillo. Decir "Lo dejaré cuando esté listo para ello", a sabiendas de que lo postergas porque dudas que lo puedas hacer.
  • Postergar trabajos ya sean pesados o livianos como la limpieza de la casa, o cualquier otra cosa: reparaciones, coser, cortar el césped, pintar algo; siempre que te importe que se hagan o no..
  • Evitar un confrontamiento con alguna persona como puede ser una figura autoritaria, un amigo, un amante, un vendedor o un funcionario cualquiera.
  • Tener miedo de cambiar situaciones geográficas. Te quedas en el mismo sitio toda la vida.
  • Postergar pasar un día o una hora con tus hijos, lo que te daría mucho gusto porque tienes mucho trabajo o estás ocupado en asuntos muy serios. Igualmente no salir una noche a cenar, o al teatro o algún evento deportivo con tus seres queridos usando tu "Estoy muy ocupado" para postergarlo eternamente.
  • Decidirte a empezar tu dieta mañana o la semana próxima. Es más fácil postergarlo que trabajar para perder los kilos, así que dices: "Ya lo haré mañana", y ese mañana, claro, nunca llegará.
  • Usar el cansancio o el sueño como excusa para postergar algo. ¿Te has dado cuenta de cómo te cansas cuando estás a punto de hacer algo incómodo o difícil? La fatiga, incluso leve, es un estupendo recurso postergador.
  • Enfermarte cuando te enfrentas con un trabajo perturbador o molesto. ¿Cómo podrías hacerlo ahora cuando te sientes tan mal? Al igual que el cansancio del que hablamos en el párrafo anterior, la enfermedad o el malestar es una estupenda técnica postergatoria.
  • La estratagema de "Ahora no tengo tiempo para hacerlo" con la que te justificas para no hacer algo porque estás muy ocupado, aunque seguro que encuentras tiempo para hacer las cosas que realmente quieres hacer.
  • Vivir ilusionado por las vacaciones que te vas a tomar, un viaje soñado. El año próximo encontraremos el Nirvana.
  • Optar por la postura del crítico y usar tus críticas para camuflar tu propia negación a hacer cosas.
  • Negarte a acudir al médico cuando sospechas que algo no va bien. Al postergarlo no tienes que enfrentarte con la realidad de una posible enfermedad.
  • No atreverte a acercarte a alguien que quieres. Es lo que deseas pero prefieres postergarlo y esperar que las cosas se resuelvan solas.
  • Aburrirte en cualquier momento de tu vida. Es ésta una manera de postergar algo y de usar el evento aburrido como razón para no hacer algo más divertido y estimulante.
  • Tener el propósito y nunca llegar a ponerlo en acción de hacer ejercicio en forma regular: "Empezaré ahora mismo... la semana próxima".
  • Vivir completamente dedicada a tus hijos postergando tu propia felicidad. ¿Cómo nos vamos a dar el lujo de tomarnos una vacación cuando tenemos que pensar en la educación de los niños?


7)     Motivos para seguir postergando las cosas.
La racionalización que sirve para postergar lo que tenemos o queremos hacer está compuesta de:

  • Una parte de autoengaño o decepción
  • Dos partes de escapismo.

Entre las retribuciones más importantes que nos brinda la política de aferrarnos a esta costumbre de postergar, se encuentran las siguientes:

  • Te permite evadirte de las actividades desagradables. Puede haber cosas que te atemorizan o cosas que por un lado te gustaría hacer y por el otro no. Recuerda que nada es completamente blanco o negro.
  • Puedes sentirte cómodo con tu sistema de autoengaño. El mentirte a ti mismo te permite no reconocer que en este momento presente no eres un "hacedor".
  • Si continúas postergando cualquier situación puedes seguir exactamente como estás para siempre. Así eliminarás la posibilidad de cambios y todos los riesgos que los acompañan.
  • Al sentirte aburrido tienes alguien o algo a quien culpar por tu infelicidad; de ese modo, trasladas la responsabilidad desde tu propia persona a la actividad aburrida.
  • Al erigirte en crítico, puedes sentirte importante a expensas de los demás. Es una de las maneras de usar las actividades y actos de las demás personas como escalones para elevarte a ti mismo mentalmente. Otra forma de autoengaño.
  • Mientras esperas que las cosas mejoren, puedes culpar al mundo entero de tu infelicidad: las cosas no se te presentan nunca bien para ti.
  • Una gran estrategia para no hacer nada.
  • Puedes evitar totalmente las posibilidades de fracaso evitando todas las actividades que implican algún riesgo. De esta manera nunca tendrás que enfrentarte con la desconfianza que tienes de ti mismo.
  • El soñar ilusionado con cosas que pueden pasar (fantasías de Santa Claus) te permiten retornar a una infancia segura y protegida.
  • Puedes atraerte la simpatía y compasión de los demás y sentir compasión de ti mismo, por el estado de ansiedad en que vives al no hacer lo que te hubiera gustado hacer.
  • Puedes justificar un rendimiento mediocre o inferior a lo aceptable en cualquier actividad que postergues durante un tiempo suficientemente largo, dejando luego un margen mínimo de tiempo para hacerlo. "Pero es que simplemente no tuve tiempo."
  • Al postergar algo puedes lograr que otra persona lo haga por ti. En consecuencia, la postergación se convierte en una manera de manipular a los demás.
  • La postergación de las cosas te permite engañarte a ti mismo hasta convencerte de que eres distinto de lo que eres en realidad.
  • Al no hacer algún trabajo puedes evitar el éxito. Si no triunfas, evitas tener que sentirte bien contigo mismo y tener que aceptar la posterior responsabilidad que acompaña al éxito.

Ahora que tienes una idea sobre los motivos que te pueden haber llevado a postergar las cosas que no te conviene postergar, podrás empezar a hacer algo para eliminar estas zonas erróneas tan autodestructivas.

 8)     Algunas técnicas para deshacerse de este comportamiento postergador.

  • Tomar la decisión de vivir de momento a momento, cinco minutos a la vez. En vez de pensar en trabajos que se harán "a la larga", piensa en el momento actual y trata de pasar un período de cinco minutos haciendo lo que quieres, rehusando postergar cualquier cosa que pueda brindarte una satisfacción.
  • Ponte a hacer algo que has estado postergando. Empieza a escribir una carta o un libro. Te darás cuenta de que muchas de tus postergaciones fueron innecesarias ya que lo más probable es que encuentres que el trabajo que estabas postergando en realidad es muy agradable de hacer y lo estás disfrutando. El empezar simplemente a hacer te ayudará a eliminar la ansiedad que te inspira el proyecto.
  • Pregúntate a ti mismo: "¿Qué es lo peor que me podría pasar si hiciera lo que estoy postergando ahora?". La contestación es por lo general tan insignificante que muy posiblemente te dará un espaldarazo que te incitará a la acción. Piensa en los motivos que tienes para tener miedo de hacer algo y con sólo eso dejarás de aferrarte a ellos.
  • Date a ti mismo un tiempo específico (digamos los miércoles de 10 a 10.15 de la noche) que dedicarás exclusivamente a la tarea que has estado postergando. Verás que los quince minutos de esfuerzo dedicados exclusivamente a algo a menudo son suficientes para hacerte pasar el bache de la postergación.
  • Piensa en ti mismo como en un ser demasiado importante y significativo como para seguir viviendo lleno de ansiedad por las cosas que tienes que hacer. De modo que la próxima vez que estés perturbado por la ansiedad de la postergación, recuerda que la gente que se ama a sí misma no se hiere de esa manera.
  • Observa cuidadosamente tu realidad actual. Decide qué es lo que estás evitando en tus momentos actuales y empieza a enfrentarte con tu miedo a vivir eficientemente. El postergar la acción es sustituir el presente por la ansiedad respecto a algún acontecimiento que pueda suceder en el futuro. Si el acontecimiento se convierte en presente, la ansiedad, por definición, tiene que desaparecer.
  • Deja de fumar... ¡ahora! Empieza tu dieta... ¡en este mismo momento!
  • Deja de leer este libro y haz inmediatamente uno de los ejercicios de la serie que proyectas dentro de tu programa de ejercicio. Así es como te tienes que enfrentar con tus problemas... actuando, ¡ahora mismo! ¡Hazlo! El único que te impide hacer cosas eres tú mismo y las opciones neuróticas que has elegido porque no crees que eres tan fuerte como lo eres en la realidad. Qué simple... ¡simplemente ponte a hacerlo!
  • Empieza a usar tu mente de forma creativa en lo que antes eran circunstancias aburridas. Decide que nunca más te aburrirás.
  • Cuando alguien te empieza a criticar, haz esta pregunta: "¿Tú crees que ahora me hace falta un crítico?,". O cuando te descubres siendo tú mismo el crítico, pregúntale a la persona que está contigo si quiere oír tu crítica y si así es, por qué. Esto te ayudará a pasar de la columna de la crítica a la de la acción.
  • Observa tu vida cuidadosamente. ¿Estás haciendo ahora lo que estarías haciendo si supieras que sólo tienes seis meses de vida? Si no es así, lo mejor que puedes hacer es empezar ahora mismo puesto que, relativamente, eso es todo lo que tienes. Dada la eternidad del tiempo, treinta años o seis meses dan lo mismo; no hay ninguna diferencia entre los dos espacios de tiempo, el espacio total de tu vida es sólo como un punto en el tiempo. No tiene sentido postergar nada.
  • Ten el valor de emprender una actividad que hayas estado evitando hasta ahora. Un acto de valor puede eliminar todo ese temor. Deja de decirte a ti mismo que tienes que funcionar bien. Recuérdate que hacer es lo importante.
  • Decide que no estarás cansado hasta el momento antes de meterte en cama. cuando te saques de encima el motivo de la enfermedad o del cansancio (es decir, el evitar una tarea), los problemas físicos desaparecen como por arte de magia.
  • Elimina las palabras "esperanza", "deseo" y "quizá" de tu vocabulario. Cambia:
    • "Espero que se arreglarán las cosas" por "Haré que se arreglen".
    • "Me gustaría tanto que las cosas fueran mejores, de otra manera" por "Voy a hacer lo siguiente para sentirme mejor".
    • "Quizás eso resultará bien" por "Haré que resulte bien,".
  • Escribe un diario de tu comportamiento crítico y de tus quejas. Al anotar estas actitudes, conseguirás dos cosas.
    • Verás en qué forma el comportamiento crítico aparece en tu vida (la frecuencia, los tipos de cosas, los sucesos y la gente que tienen relación contigo en ese sentido).
    • Dejarás de criticar porque te fastidiará mucho tener que anotarlo en tu diario.
  • Si estás postergando algo que también involucra a gente (un traslado, un problema sexual, un trabajo nuevo) reúnete con ellos y pídeles sus opiniones. Ten el valor de hablar de tus propios temores y constata si las postergaciones se deben a motivos que existen sólo en tu cabeza. Si consigues un confidente para que te ayude con tus postergaciones, realizarás un esfuerzo conjunto. Muy pronto habrás disipado gran parte de la ansiedad que acompaña a las postergaciones al compartirlas.
  • Haz un contrato con tus seres queridos por el cual te comprometes a entregarles las mercancías que tienes para ellos pero que has estado postergando. Haz que cada parte conserve una copia del contrato y decreta multas para las infracciones. Ya se trate de asistir a un partido de fútbol, de salir a cenar fuera, ir de vacaciones o al teatro, te darás cuenta de que esta estratagema no es sólo útil sino también muy gratificante para ti ya que te impulsará a participar en actividades que te pueden resultar placenteras.
  • Si quieres que el mundo cambie, no te limites a lamentarte. Haz algo.

En vez de desperdiciar tus momentos presentes en todo tipo de ansiedades inmovilizantes respecto a lo que estás postergando, hazte cargo de esta odiosa zona errónea y vive ahora. Sé un hacedor, no una persona que únicamente desea, espera o critica.


Fuente: Tus zonas erróneas (Wayne Dyer)

Aumenta tus defensas y evita gripes y resfriados


Llega la estación del frío, y con ella, los primeros estriados. Por mucho que nos abriguemos y vitemos ambientes cargados, tarde o temprano acabamos cayendo. No es cuestión de mala suerte. En la mayoría de ocasiones, es la consecuencia de un sistema inmune debilitado. La alimentación, el ejercicio y el descanso son los pilares fundamentales para poder reforzarlo.

Cómo ponerlas en forma
Nuestro sistema inmunológico es la primera línea de defensa de nuestro organismo. Es el encargado de recibir a los virus y bacterias que nos invaden, por lo que su papel es crucial. Nuestros hábitos de vida pueden Influir hasta en un 75% en su capacidad defensiva. Vale la pena, por lo tanto, revisarlos a fondo.

  • DORMIR BIEN AUMENTA LOS GLÓBULOS BLANCOS. La mayoría de células defensivas se producen durante las horas de sueño. Si no descansamos bien, la producción será menor y nuestro cuerpo estará más desprotegido. Lo recomendable es, por lo tanto, dormir una media de entre 7 y 8 horas . 
  • El DEPORTE REFUERZA EL SISTEMA INMUNE. Practicar deporte un mínimo de tres veces por semana (mejor si es al aire libre) hace que el cuerpo se oxigene mejor y elimine toxinas, dos factores que benefician la respuesta inmunológica. Pero tampoco conviene abusar. Ejercitarse en exceso genera radicales libres, los enemigos de nuestras defensas. 
  • EL PESO SALUDABLE FORTALECE LAS CÉLULAS. Las personas con sobrepeso enferman más, ya que el exceso de grasa en el organismo altera el funcionamiento de la insulina, la hormona encargada de proporcionar energía a las células defensivas. 

Una dieta sana y equilibrada
Un nivel adecuado de nutrientes nos garantiza un sistema de defensas a prueba de virus y bacterias. Se trata del factor más importante a la hora de conseguir un organismo fuerte y librarse de los resfriados.

  • FRUTOS SECOS. Son interesantes por dos razones. Sus grasas beneficiosas refuerzan el sistema inmunológico y, al ser muy energéticos, ayudan al organismo a defenderse de las bajas temperaturas. 
  • CÍTRICOS. Naranjas, mandarinas, pomelo, limón ... todos ellos son ricos en vitamina E, un nutriente ideal para reforzar las defensas y aportarnos energía extra. Tomar un zumo de naranja por la mañana es todo un clásico, pero también podemos tomar estas frutas de postre, mezcladas con otras frutas y verduras, en ensalada, etc.
  • AJO Y CEBOLLA. Tienen un gran poder antiséptico y resultan muy eficaces para combatir infecciones respiratorias. La cebolla, en particular, actúa como expectorante (ayuda a eliminar la mucosidad) y el ajo es considerado como un excelente antibiótico natural. Resultan más eficaces si se toman crudos. 
  • VERDURAS DE HOJA VERDE. Gracias a su acción antioxidante nos ayudan a combatir las infecciones y las enfermedades degenerativas. Las verduras de la familia de la col son las más eficaces, pero también lo son las espinacas, las acelgas, las judías verdes, etc. 
  • PESCADO AZUL. El consumo de salmón, boquerones, atún, caballa o sardinas activa las células que eliminan los gérmenes, protegiendo el organismo de la bajada de defensas que suele tener lugar durante esta época del año. 
  • MIEL. Toma una cucharada de miel de abeja cada día. Podrás beneficiarte de su poder antibacteriano, antiinflamatorio y antiséptico. Si sustituyes el azúcar que consumes por miel, tu sistema inmune te lo agradecerá. 
  • TÉ VERDE. Esta saludable infusión estimula la producción de células defensivas, fortaleciendo el sistema inmunológico. Tomar una o dos tazas al día es suficiente para beneficiarse de sus efectos. 

Los alimentos que NO te convienen

  • Azúcar y dulces. Reducen la capacidad de los glóbulos blancos de combatir las bacterias. 
  • Embutidos. No sólo contienen una gran cantidad de grasas saturadas y, por lo tanto, perjudiciales, sino que, además, incluyen conservantes y otras sustancias que intoxican el organismo y debilitan el sistema inmune. 
  • Precocinados. Resultan muy calóricos y, además, cuentan con un exceso de grasas «trans», sal y aditivos, todo ello muy perjudicial para las defensas. 

La importancia de cuidar la flora intestinal
La flora bacteriana desempeña un papel importantísimo en el sistema inmune, ya que contiene bacterias beneficiosas que ayudan a combatir los gérmenes. Parar mantenerla en buen estado, incluye estos alimentos en tu dieta.

  • PREBIÓTICOS. Son una variedad de hidratos de carbono que no son digeridos por el intestino y que modifican la flora intestinal para, de esta manera, poder «alimentar» y favorecer el desarrollo de los probióticos. Se encuentran en los tomates, los plátanos, los espárragos, la alcachofa o las cebollas. 
  • PROBIÓTICOS. Son aquellos que contienen microorganismos vivos, como el yogur. Al llegar vivos al intestino, refuerzan la acción de las bacterias que se encuentran de forma natural y aumentan la capacidad defensiva del organismo. 

Fuente: Revista PRONTO

www.pronto.es