martes, 8 de noviembre de 2016

Simplificar tu vida


IDENTIFICA QUÉ ES LO IMPORTANTE Y ELIMINA TODO LO QUE TE IMPIDE AVANZAR

¿Sientes que no vives cómo querrías? ¿Que vas por un camino que te desagrada? ¿Que estás atrapado en una espiral de trabajo, facturas y compromisos que no te deja ser tú mismo? Es el momento de librarte de algunas cargas, pesadas e inútiles, y detenerte a pensar qué quieres realmente y cómo conseguirlo. 

“Hemos construido un sistema que nos persuade a gastar dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos para impresionar a personas que no nos importan". La cita, del periodista canadiense Emile Henri Gauvreay, impacta por su análisis realista y simple de la situación que vivimos.

La riqueza del minimalismo
«Menos es más», aseguraba el arquitecto alemán Mies van der Rohe, una máxima que el minimalismo hizo suya. Consiste en quedarse con lo esencial, desprendiéndose de lo superfluo, y conduce a que el bienestar emocional no dependa de lo que «tengo» o «hago», sino de quién «soy» y «cómo me siento».

  1. Haz limpieza. Reduce al mínimo indispensable los objetos de tu vida. Empieza por ordenar tu armario, sigue por tu casa y, después, por tu vida. Ante una cosa, o una idea, pregúntate: ¿lo necesito?, ¿lo he usado en el último año?, ¿aporta algún bienestar a mi vida? Si respondes no, regálalo o tíralo, incluidas las cargas emocionales que te lastran. Desapegándote, liberas espacio que puede ser ocupado por cosas más beneficiosas, incluido el «aire», que circula mejor y permite moverse con libertad. «El apego es casi siempre el terreno donde prospera el temor y la inseguridad», dice el escritor Walter Riso. 
  2. Establece prioridades. No ejes que lo urgente se imponga sobre lo importante. Valora obligaciones y problemas con calma, la prisa no deja pensar. Como afirma el filósofo Ángel Gabilondo, "detrás de la prisa se esconde el miedo». 
  3. Di «no». Sé sanamente egoísta, haz lo que deseas realmente y niégate a aceptar obligaciones que sean un impedimento para seguir adelante. 
  4. Para y desconecta. Detenerse unos momentos, aunque sólo sea a respirar, permite recuperar el ritmo vital, descansar y desconectar. Intenta hacerlo a lo largo del día y, siempre, al acabar la jornada de trabajo. Reserva un tiempo para hacer algo que te guste a solas: leer, pasear... Mantendrás a raya el estrés. 
  5. Huye de las relaciones tóxicas. Las influencias negativas «chupan» energía. Haz también «limpieza» en tu entorno afectivo: aléjate de quien te dañe y quédate con las relaciones que te enriquecen con su conversación, su presencia, su risa, su cariño... Cuenta con ellos y haz que sepan que pueden contar contigo. 

Arreglar el armario ropero y otros pequeños gestos
Con el cambio de estación, solemos «arreglar» el armario, sustituyendo la ropa de la temporada pasada por la de la nueva. De paso, eliminamos las prendas gastadas o que ya no utilizaremos. Un trabajo engorroso que, después, nos produce satisfacción y permite tener las cosas ordenadas y a punto. Hay otras muchas acciones que también pueden ayudarnos a simplificar la vida y retomar el contacto con las cosas que de verdad importan.

  • REGALA  LIBROS. Cuando los hayas leído, pásalos a un amigo, a una institución o déjalos en un banco del parque o en el metro. 
  • APAGA EL TELEVISOR. Si el programa que ves no te gusta, no lo mires. No necesitas acumular información que no te interesa y que «intoxica». 
  • PIENSA ANTES DE COMPRAR. ¿Lo necesitas? ¿Qué uso vas a darle? ¿Cuándo? Evidentemente, se puede comprar un objeto por el simple goce estético que produce, pero no por el placer de comprarlo y poseerlo. Distingue entre ambos sentimientos. 
  • COOPERA Y COMPARTE. Haz comidas en casa con amigos y haced cada uno un plato, celebra los cumpleaños de tus hijos con los de otros amiguitos en el parque con un balón, una cuerda para saltar y bocadillos caseros hechos por varias o familias. Si colaboráis, os repartís el trabajo y el gasto.
  • DISFRUTA DE "NO HACER NADA". Siéntate a mirar pasar las nubes, pasea, haz la siesta... «No hacer nada» es una práctica que ayuda a estar descansado, te permite conectar contigo mismo y facilita que el cerebro divague y tenga «buenas ideas». 
"La verdad siempre se halla en la simplicidad y no en la multiplicidad y confusión de las cosas". Isaac Newton, físico inglés.



Fuente: Revista PRONTO

www.pronto.es








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