LA EMPATÍA TE ACERCA A LOS DEMÁS.
Las emociones son el resorte que nos mueve a actuar. Ser capaces de comprenderlas, controlarlas y utilizarlas es esencial para ser feliz. ¿Sabes hacerlo?
La clave para vivir con pasión eléctrica desde el minuto uno hasta el último es la inteligencia emocional, esto es, saber movilizar la gasolina que hace carburar las pasiones de nuestra vida: disfrutar de lo que hacemos, aprender, amar, jugar, hacer arte y; sobre todo, no perder el tiempo quejándose", asegura el psicólogo Rafael Santandreu, autor del libro «Las gafas de la felicidad". Pero, ¿qué es la inteligencia emocional? ¿Cómo sé si la tengo?
Qué es y cómo aplicarla
La inteligencia emocional se define como la capacidad de sentir las emociones, comprenderlas, controlarlas y utilizarlas para modificar los estados de ánimo propios o ajenos. Entre las habilidades de una persona con inteligencia emocional destacan la aptitud para empatizar con los demás, evitar que la frustración o la angustia interfieran con sus facultades racionales y motivarse uno mismo.
- Sentimientos bajo control. Tal como explica la filósofa Victoria Camps, «las emociones son los móviles de la acción, pero también pueden paralizarla». Hay, añade, emociones que nos incitan a actuar y otras que nos llevan a escondernos o a huir de la realidad, pero todas pueden ser útiles y contribuir al bienestar de la persona que las experimenta. Para ello, sin embargo, hay que conocerlas y aprender a gobernarlas. «Es posible hacerlo, porque las emociones, al igual que otras tantas expresiones humanas, se construyen socialmente», dice la filósofa catalana. Daniel Goleman, autor del libro «Inteligencia emocional» y considerado uno de los máximos especialistas en el tema, coincide: "Las habilidades emocionales son susceptibles de aprenderse y perfeccionarse a lo largo de la vida".
- Tus puntos fuertes. Goleman enumera algunas de las habilidades que posee una persona con inteligencia emocional: conoce sus fortalezas y debilidades, confía en su instinto, cuando está enfadado sabe por qué y, si se cae, se levanta rápido. Además, en relación con los demás, le genera curiosidad e interés la gente que no conoce, se lleva bien con la mayoría de personas y sabe leer sus expresiones faciales, así como prestar atención a lo que dice el otro y cuándo debe decir "no".
“No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas”. Jorge Bucay, escritor y psicoterapeuta argentino.
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