viernes, 14 de octubre de 2016

Perlas de sabiduría


Érase una vez, en un país del Extremo Oriente, un hombre muy sabio a cuya casa llegó un joven europeo que deseaba conocerlo. "Maestro, he viajado durante días y días para aprender cuanto pueda de usted", le dijo el muchacho.

"Verás qué sencillo es. En realidad, sólo me dedico a coleccionar perlas de sabiduría que tengo guardadas en aquel viejo baúl. Éstas son las que he recogido a lo largo de toda mi vida", le respondió el maestro.

“¿Y a dónde tengo que ir para encontrarlas?", le siguió preguntando el joven. "No tendrás que viajar lejos, porque están en todas partes. La sabiduría está en cualquier rincón del mundo. Es como una planta que se nutre de los otros hombres y que da frutos que, a su vez, alimentan a los demás", respondió el sabio.

"Ya lo voy entendiendo. Lo que me quiere decir es que he de descubrir lo que hay de sabio en cada persona para crear mi propia sabiduría y, luego, compartirla", sentenció el muchacho.

Y en ese preciso instante, sus palabras formaron una pequeña nube de vapor de agua que, al condensarse, acabó convirtiéndose en una perla. El maestro la recogió y le dijo: "Ves lo que te quería decir. Mi única sabiduría es coleccionar perlas para, después, utilizarlas en el momento adecuado".




Fuente: Revista PRONTO

www.pronto.es





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